REPÚBLICA CHECA: CASTILLO ŠPILBERK DE BRNO
La República Checa es un país que destaca por la gran cantidad de castillos y palacios que posee. Su visita es una de las actividades favoritas de los locales y también de los turistas, que quedan maravillados por las historias que albergan: reyes, princesas, mazmorras, prisioneros,… Solo faltan los dragones. En esta entrada os quiero presentar el Castillo Špilberk, que se encuentra en Brno.
El Castillo Špilberk se encuentra en lo alto de una colina, en el centro de Brno. Fue construido en el siglo XIII bajo las órdenes del rey Přemysl Otakar II, aunque no se convirtió en residencia real hasta 400 años más tarde, cuando fue transformado en fortaleza barroca. Después de las guerras napoleónicas, el castillo se empleó como prisión y pasó a ser uno de los mayores símbolos de la represión Habsburgo. Asimismo, fue utilizado como cárcel por los nazis.
Todas las personas que viven o están de paso por Brno acuden a verlo. El interior suele acoger exposiciones muy interesantes de temas variados. Una vez J y yo vimos una sobre Dalí y algunas de sus obras menos conocidas.
Una vez pasada la entrada, se llega a un patio enorme en el que a veces tienen lugar eventos escolares o de tipo cultural.
El interior es muy interesante, pero el exterior también vale la pena. El castillo se encuentra rodeado de una naturaleza fantástica, así que una de las mejores épocas del año para visitarlo es, precisamente, ahora en otoño.
Como el castillo se encuentra encima de la colina, se pueden contemplar unas vistas panorámicas de Brno que pocas veces se ven. En la siguiente foto, las vistas son de otro día más soleado. Incluso se puede apreciar la cúpula de la Iglesia de Jakub.
Otra de las curiosidades del castillo es el acceso a las mazmorras, un laberinto de oscuros y fríos corredores subterráneos que acabaron transformándose en una zona de celdas.
Sin duda, para mí, lo mejor es la naturaleza de toda la colina. Es un lugar ideal para pasear en familia, en pareja, con amigos o para salir a correr un rato.
Espero que os haya gustado y si alguna vez vais a Brno, ¡no dejéis escapar la oportunidad de verlo!